viernes, 4 de septiembre de 2009

Caminando...

Caminar puede resultar uno de los placeres más grandes de la vida,
al menos eso creo. Aunque sólo si clima juega a tu favor, y la compañía también.

Caminando conoces nuevas cosas,
tienes tiempo para ver,
pensar,
imaginar,
crear,
respirar,
...
...
...

Caminar solo.
Caminar acompañado.
Caminar escuchando música.
Caminar pensando.
Caminar riendo.
Caminar llorando.
Caminar enojado.
Caminar con miedo.
Caminar distraído.
Caminar mirando el piso.
Caminar mirando el cielo.
Caminar jugando.
Caminar tonteando.
Caminar silbando.
Caminar cantando.
Caminar con tu abuela.
Caminar con tus hermanos.
Caminar con tus primos.
Caminar con tu perro.
Caminar y no llegar a ningun sitio.
Caminar y llegar al lugar más inesperado.
Caminar dando vueltas.
Caminar en linea recta.
Caminar a la ligera.

o sólo caminar...

viernes, 28 de agosto de 2009

De la nube a la realidad


Dicen que cada quien vive en su propio mundo, que no nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. Que estamos en una especie de nube donde todo es paz, felicidad y tranquilidad. Así vivía yo, hasta que, por un momento, días en realidad, tuve que bajar a la realidad, la que duele, la que no te imaginas que exista. O a lo mejor, la conocía pero no la quise ver, nunca pensé en ella. No hasta ese día, que en un movimiento de caída libre, choqué. Choqué y me golpeé de la peor manera.


Lo había visto días antes, tranquilo, descansando, lo cargué un rato, solo para que mi tía pudiera hacer otras cosas. Marcelo tenía un año, estaba delicado, lo sabía, pero se iba a recuperar, al menos eso nos dijeron. Lo tenía en mis brazos descansando mientras miraba por la ventana como pasaban los carros por la Javier Prado. Así pasaron unos 10 minutos, era hora de irme, a esa hora el tráfico es imposible y debía dejar a mi abuela en su casa en el Centro de Lima. Lo dejé en su cuna para que descanse, pensé en regresar la semana siguiente.


Era sábado 9 de agosto, 2008. Estaba en Huaral en un entrenamiento, la estaba pasando bien, me divertía, mis hermanas también. Ellas habían ido a una caminata, escalada al cerro incluida, ¿yo? Era una de las encargadas de los niños, así que estábamos en el campo haciendo un poco de ejercicios, sembrando plantas, alimentando conejos. Los chicos de la caminata regresaron y almorzamos, al terminar el encargado de la actividad nos llama, a mí y a mis hermanas. Nos reúne en la sala principal y pregunta - ¿ustedes tienen un sobrino? ¿De un año más o menos? – nosotras pensamos - ¿sobrinos? No… ¿Marcelo?


Y la noticia nos bajó de nuestro mundo, de nuestra nube, se había ido esa mañana, había fallecido. Debíamos regresar a Lima. Nos fueron a recoger al terminal de buses. No podíamos creerlo, ¿de verdad había pasado todo eso? ¿Y lo que dijo el doctor de su recuperación? ¿Qué sólo era un virus? ¡¡¿Nada del otro mundo?!! ¿Cómo estaba mi tía? Miles de preguntas giraban en nuestra primera visita a la realidad.


Llegamos a mi casa y mi mamá estaba alistando algunas cosas, salimos. ¿Cómo haría para verlo? ¿Cómo apoyar a mi tía? ¿A mi primo, su hermano de diez años? Todo pasaba demasiado rápido, no había tiempo para pensar, para darme cuenta de dónde estaba. Lo vi y me arrepentí de haberlo dejado en su cuna ese día, de no haberlo animado, de no engreírlo cada vez que lo veía, de no tenerle la paciencia suficiente, de…


Pasó el sábado. Pasó el domingo, con el entierro y la colocación del incienso en el altar que preparó mi tía en su casa. Fuimos cada día de esa semana para apoyarla en lo que necesite, nos madrugábamos con ella. Éramos su único soporte cerca.


Una de esas noches soñé con él, estábamos en la casa de mi abuela. Era un niño, ni real, ni fantasma, simplemente era él. Jugando, gateando, riendo, pero iba desapareciendo poco a poco, con facilidad y paciencia, sin que nos preocupemos. Y así pasó todo con tranquilidad y tiempo.


Pasaron los días, los meses. Y así se fue un año. Regresé a mi nube. Y olvidé mi visita a la realidad. Marcelo estaba bien, me acuerdo cuando se reía, cuando comía, sus muecas, su impaciencia, sus ganas de botar los lentes de todos hasta que rompió un par y no lo dejamos más, su gateada, su risa, su todo.


Pero no me puse a pensar, hasta ahora, lo poco o mucho que puede durar la vida, si vale la pena estar en esa nube y regresar cuando es necesario, o cuando la situación te obliga. Pese a lo que muchos puedan decir, creo que es fundamental tener esa nube, ese sitio donde escapar y no pensar. Ese sitio en el que dicen, sólo andan los niños. No es que huya de la realidad, pero el realismo recae en el pesimismo, y una vida pesimista no es vida.


Prefiero vivir pensando, que pasó lo que pasó por algún motivo en especial, nada físico, sólo que existen razones y temas que pocos entendemos. O que cada quien entiende a su manera.


lunes, 22 de junio de 2009

Bomberos, unidos para ayudar

Eran las dos de la tarde y una tranquila conversación con Pedro, bombero de la compañía San Isidro 100, acerca de su oficio, no nos dejaba ver que estábamos donde se reportan todas las emergencias del distrito y sitios aledaños.

Entre preguntas y respuestas, dudas y algunas risas se oyó una alarma, casi imperceptible a mis oídos, pero determinante para Pedro – ¿Lo oyen? – preguntó – es la sirena, hay una emergencia - nuestros rostros reflejaban consternación, preocupación, ¿que haríamos? ¿Quedarnos a esperar que regrese? ¿Subirnos al carro con ellos? Lo último era imposible, arriesgaríamos nuestras vidas y los pondríamos en un aprieto, no podíamos permitirnos ese lujo sabiendo que dificultaríamos su trabajo. En un abrir y cerrar de ojos el escaso par de efectivos estuvo listo, con su sucio y maltratado uniforme, destinado para ser utilizado un año, pero que ellos usan durante cuatro. Con el croquis del lugar del accidente, enviado desde la central de emergencias, subían a la unidad cisterna.

¿Dónde es?- atinamos a preguntar.
En la Brasil con Cabo Nicolás.- respondió

Esta bomba cuenta con cuatro tipos de unidades: la cisterna, la de rescate, la escala y la médica. La unidad de agua posee un tanque de 350 galones, es para respuestas rápidas ya que en un minuto puede vaciarse el contenido. Existe una unidad japonesa más grande, con capacidad de 1500 galones, pero se encuentra en el taller esperando ser reparada. La unidad de rescate, posee principalmente las herramientas para cortar vehículos en caso de accidentes. La escala, es aquella que maneja una inmensa escalera, pero en San Isidro resulta ser una pieza de museo, ya que no cumple su función por los años de uso y la falta de un taller que realice el mantenimiento. Y la unidad médica, o ambulancia, que antes sólo atendía a los bomberos que resultaban heridos atendiendo las emergencias, pero luego empezó a atender civiles hasta que las ambulancias del estado simplemente dejaron de cumplir su labor. No pudimos conocer esta unidad, hace varios meses chocó y, como en el país no hay taller que sepa reparar este tipo de vehículos, al intentarlo la dejaron prácticamente inoperable. La utilizan un mes y otros los dos siguientes meses está en el taller.

Salimos desesperados, necesitábamos un taxi con urgencia, no teníamos ni la más remota idea de donde quedaba esa calle. Corrimos, nos gritamos, nos llamábamos, invadimos un carro – a la brasil, la cuadra que sea, sólo siga a los bomberos- ya habían desaparecido, su sirena no se oía – siga por la brasil, ya los encontraremos – El taxista nos ayudó de buena gana, la emoción era desbordante, la desesperación igual, ni qué decir de nuestra adrenalina. ¿Seguir a los bomberos? Nunca antes lo había hecho, tampoco había pensado en hacerlo.

Todo niño soñó alguna vez con ser bombero, ser el superhéroe que lucha contra el fuego para salvar la vida de las personas y que te agradezcan por ello. Mostrar tu valentía, lo aguerrido(a) que puedes ser, decir soy bombero, en algún momento podría salvar tu vida y la de otros diez. Pero luego, todos crecemos, y nos olvidamos de ese detalle que es el ayudar a los demás, pero existen pocos que crecen con esas convicciones, los vemos en las calles, pero no los reconocemos. Y que con minutos, horas, meses, años de preparación, lo cumplen. Los famosos bomberos, aquellos que trabajan voluntariamente, aquellos que, como dicen “salimos a una emergencia, a salvar vidas, pero sin saber si regresaremos con la nuestra”.

No los encontrábamos, empezamos a desanimarnos, pero la sirena se oyó de nuevo, con ella el viejo, aunque aún imponente unidad cisterna estaba regresando. Los detalles de la ubicación del accidente que habían recibido, estaban equivocados, se desviaron un poco, pero lograron llegar a tiempo, al igual que nosotros.

El Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú depende directamente del Presidente del Consejo de Ministros, pero constituyen un ente independiente. El apoyo económico del estado es empleado para la compra de equipos, mantenimiento de las unidades y combustible principalmente, aunque no es suficiente para las casi 190 bombas del país. Es por ello que recurren a los municipios y gobiernos regionales en busca de mayor sustento. Defensa civil es una entidad aparte que no responde por ellos, pero que en cierto grado complementa su labor en casos de desastre.

Un choque entre una camioneta pick up Toyota (OO-5009) y un taxi, station wagon (SPX-096), era el motivo de la emergencia. Ningún herido, pero sí una posible fuga de gas del tanque del taxi. Javier, otro bombero, compró una pequeña bolsa de detergente para comprobarlo. Felizmente el accidente fue menor, empezaron a apuntar los datos para el parte de servicio, documento oficial del cuerpo de bomberos en el que se detalla el hecho y los procedimientos con los que se intentó resolver el caso. De pronto un estridente ruido llamó nuestra atención y el llamado a los bomberos no se hizo esperar.

Las llamadas más comunes son por emergencias médicas, para tratarlas llevan un curso básico con opción a una especialidad. Pero también es la que más cuestionamientos les deja. ¿Hice todo lo que pude?, ¿soy malo?, ¿si hubiera actuado de otra manera, lo habría salvado? Son muchas las preguntas y dudas ligadas a una serie de sentimientos encontrados. A veces los han llamado asesinos, mientras ellos sólo intentan comprender el dolor ajeno.

Sin embargo nunca faltan aquellos que llaman para hacer bromas dejando falsas alarmas, obstaculizando su servicio. No se posee el nivel de cultura necesario en la ciudadanía, una muestra de ello es que muchos no conocen el número de la central de emergencias o, ante una emergencia, no se intenta ayudar sino que hacen todo lo contrario, obstaculizar.

En la misma esquina ocurrió el impacto entre una camioneta 4x4, LGS-368 y un taxi, modelo tico de placa AQO-385. El accidente sí fue grave. El tico es un carro débil y frágil, por esto toda su parte delantera quedó destrozada, y de las dos pasajeras una resultó herida. El otro vehículo sufrió apenas unos rasguños. Alarmaron a otras bombas para buscar apoyo de una unidad médica, esta vez si era necesaria.

Las unidades más importantes en este tipo de casos son la médica y la de rescate, las bombas que acuden al lugar son las que estén más cerca y entre ellas se complementan.

Una de las pasajeras estaba muy nerviosa y alterada por los goles que había sufrido su madre en el impacto, por lo que el bombero se vio obligado a levantarle la voz – ¡Señora, tranquilícese! Su madre estará bien, sólo se ha golpeado un poco- Ella se calmó, pero la paciente desmayó e inmediatamente la acomodaron en la camilla y se la llevaron al hospital más cercano.

“A veces uno tiene que reaccionar así, para mantener el control. Los involucrados no pueden manejar la escena, uno debe hacerlo” Así fue como nos lo explicó Javier. Se siente un tanto insensible por continuar su vida sin preocupaciones luego de tratar dos accidentes. Por esto también se cuestiona. Pero trabaja con gusto, como voluntario, y prefiere que no sea de otra manera, sino el sentimiento cambiaría y con ella la percepción que se tiene de ellos.

Como toda entidad tienen reglas que cumplir, pero no se sienten sometidos a ellas. Deben cumplir según su cargo una cantidad mínima de horas al mes, pero siempre tratan de ocupar más. Son pocos los miembros de la bomba de San Isidro, y es mínima la cantidad de postulantes para este año.

Para ayudar como quisieran es mucho lo que necesitan desde uniformes, hasta equipos de respiración, unidades de transportes, y mayor presupuesto para el mantenimiento de éstos.

Aún así, para ellos, la bomba es como su segunda casa, un lugar donde se sienten cómodos y entre amigos. Es fácil ver gente caminar por la calle pero no conocemos de sus vidas ni la labor que realizan, podría ser que alguno de ellos sea bombero y que en algún momento de tu vida acuda a salvarte sin necesidad de conocerte.



creditos para Amy por el final =P

jueves, 28 de mayo de 2009

Papel en blanco

Hoy es uno de esos días que de tanto leer, me provocó escribir. El problema es que no sé de qué. Típica frase en mí. Tantos temas que tocar y ninguno que me interese en realidad. Estoy frente a una pantalla en blanco, que me pide letras y no se las puedo dar. Supongo que le pasa a muchos. Supongo que el periodista es una persona con suerte, mucha suerte. Asumo que un cronista también. Asumo que cualquiera que quiera escribir también. Pero eso no me pasa a mí. A menos no tan seguido como quisiera. ¿Y la entrada anterior? Esa fue una de las casualidades que te pone la vida, si es que lo son. ¿Suerte también? no lo creo.

Hoy es uno de esos días en los que decidí leer, aunque esos días son muy seguidos en mí. Pero esta vez, dejé de lado los libros y empecé por los blogs que leo normalmente. Aunque muchos pensarán que no debí hacerlo, si tenemos en cuenta lo atrasada que estoy con las lecturas obligatorias de la universidad. Pero ya fue, supongo que tendré tiempo después. La verdad, no lo creo, pero una noche con cuentos, crónicas o novelas no me molesta.

Hoy es el día en el que decidí escribir lo que quiera en este blog: asuntos triviales, asuntos importantes, asuntos que no le interesan a nadie (como esto), asuntos que les interesa a todos, asuntos que no tienen sentido, asuntos que sí los tienen. De lo que sea, pero que venga de mí.

Porque hoy sentí, más que otras veces, la necesidad de escribir. Así que me disculparán los pocos que me leen porque quieren hacerlo, los que me leen por compromiso, los que me leen por perder el tiempo y los que me leen porque "en fin, a ver si la china se dice algo". Porque hoy no he dicho nada.

viernes, 22 de mayo de 2009

Y despues nos preguntamos el porqué

Hoy escuché a un niño preguntarle a su padre: ¿por qué el pisco es peruano? Y a éste responderle –porque sí-

Es muy fácil quejarnos cuando escuchamos que Chile hace tal o cual cosa, pero realmente no nos damos cuenta de que la culpa es nuestra. Es muy fácil decir porque sí, y muy difícil explicar que fue creado en Pisco, en Ica por los peruanos. Es muy fácil quejarse y no hacer nada al respecto. Es muy fácil decir que el gobierno debe hacerse cargo del asunto.

Cada vez que escuchamos la palabra Chile, surge en la mayoría de peruanos una suerte de amarguras y resentimientos, producto sólo de la dejadez que nos caracteriza. Yendo a lo más básico, qué tan complicada podría ser una clase en la que se explique cómo se elabora el pisco.

Pero abordando el tema de fondo, la falta de identidad con el país, que no se obtiene poniendo la mano al pecho a la hora de entonar el Himno Nacional, ni conociendo los símbolos patrios, ni mucho menos colocándose una escarapela en el pecho cada julio. Y la parada militar que sigue como una tradición, que, en los últimos años, terminó haciendo noticia de las ridiculeces del ex comandante general del ejercito, Edwin Donayre.

La falta de identidad, surge principalmente de la típica clase de historia en el colegio, de la clase en la que te hacen leer un libro y escribir el resumen de lo que entendiste, si es que lo entendiste, sino puedes optar por leer lo de otros y cambiarle las palabras. Total, el profesor nunca se tomará el trabajo de leer todos los cuadernos ¿o sí?.

¿Es muy difícil enseñar a los escolares un poco de historia de manera didáctica? Que tan complicado podría ser armar una clase práctica de historia, dejar de leer y reescribir libros, para empezar a entenderlos, interpretarlos y recordarlos. Que tan difícil podría ser explicar cómo sucedió la historia. Que tan difícil podría ser organizar salidas escolares continuamente, en las que se vea y conozca la historia. Que tan difícil puede ser llevar a los grupos destacados de cada año a un viaje, por ejemplo, sólo a los que se lo merecen, para que los demás se esfuercen. Que tan difícil es darse cuenta que cualquier tema se recuerda mejor cuando te diviertes con él.

Debemos dejar de ser memoristas y entrar a lo artístico. Debemos enseñar a pensar en vez de memorizar. Debemos empezar a cambiar el sistema de enseñanza tan aburrido y simplista. Debemos optar por un modelo diferente, dinámico y sobre todo divertido. Debemos buscar motivación y libertad en los alumnos, claro que con los límites lógicos y correspondientes. Debemos, antes de reclamar un aumento de sueldos, empezar a merecerlos. Debemos elevar el nivel de la educación, y despues con todo derecho, reclamar lo que se necesita. Debemos...

El papel del estado (que lo conformamos todos) es fundamental y determinante, queda en nosotros cambiar lo existente. Debemos dejar de sentirmos las víctimas y empezar el cambio. Si la educación escolar es mediocre, están los padres para resolver las dudas de los niños, pero sin olvidar que el “porque sí” nunca será una respuesta inteligente.